El omega-3 puede mejorar la salud de tu perro en múltiples niveles, desde la piel hasta el corazón.

Omega-3 en perros: beneficios, usos y precauciones
Los ácidos grasos omega 3, especialmente el EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico), son conocidos por sus efectos antiinflamatorios y protectores en humanos. Pero ¿sabías que también pueden ser aliados poderosos para la salud de tu perro?
Beneficios comprobados del Omega-3 en perros
Una revisión científica de 31 estudios publicada en 2025 concluyó que la suplementación con omega 3 en perros tiene efectos positivos en múltiples condiciones crónicas:
- Enfermedades articulares: En perros con osteoartritis, el omega 3 redujo la cojera y mejoró la movilidad en un 74% de los casos evaluados.
- Dermatitis atópica: Se observó una disminución del prurito (picor) en hasta un 50% de los perros tratados con omega 3 durante 8 semanas.
- Salud cardiovascular y renal: El omega 3 ayuda a reducir la presión arterial y mejora la función renal en perros con enfermedad crónica.
Además, se ha documentado que estos ácidos grasos mejoran la oxigenación celular, fortalecen el sistema inmunológico y pueden tener efectos neuroprotectores en perros mayores.
¿Cuándo se recomienda su uso?
El omega 3 puede ser útil en los siguientes casos:
- Perros con problemas articulares o movilidad reducida.
- Animales con alergias cutáneas o piel seca.
- Perros mayores con signos de deterioro cognitivo.
- Casos de enfermedad renal crónica o cardiopatías.
- Como complemento preventivo en dietas comerciales bajas en EPA y DHA.
Sin embargo, no todos los perros necesitan suplementación. En animales sanos, una dieta equilibrada puede cubrir sus necesidades sin necesidad de añadir suplementos.
¿Debe supervisarlo un veterinario?
Sí, absolutamente. Aunque el omega 3 es un suplemento natural, su uso sin control puede generar desequilibrios nutricionales, especialmente si se administra junto con otros aceites o suplementos. Un veterinario debe:
- Evaluar si tu perro realmente lo necesita.
- Determinar la dosis adecuada según peso, edad y condición clínica.
- Monitorear posibles efectos adversos como diarrea o alteraciones en la coagulación.
Un estudio de la Universidad de Zaragoza advierte que la dosis debe ajustarse cuidadosamente: en perros sanos, el rango seguro de EPA + DHA es de 50 a 220 mg/kg/día, dependiendo del objetivo terapéutico.
¿Qué fuentes de omega 3 son mejores?
- Aceite de pescado (salmón, sardina, anchoa): Alta biodisponibilidad de EPA y DHA.
- Aceite de kril: También rico en fosfolípidos, aunque más costoso.
- Aceite de linaza: Contiene ALA (ácido alfa-linolénico), pero los perros lo convierten en EPA/DHA con baja eficiencia.
Conclusión
El omega 3 puede ser un gran aliado para la salud de tu perro, pero su uso debe ser estratégico y supervisado. No se trata solo de añadir un suplemento, sino de integrarlo de forma segura y eficaz en el plan de salud de tu mascota.
Fuentes consultadas:
